El calvinismo tiene implicaciones para la persona entera, pero comenzamos con la mente, porque es allí donde la Escritura comienza: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento” (Rom. 12:2a). Mientras el calvinismo es mucho más que una manera de pensar, no obstante comienza con una mente iluminada con la luz del evangelio. Lo primordial en la mentalidad calvinista es la gloria de Dios. El teólogo del antiguo Seminario
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